sábado, 2 de octubre de 2010

Curiosidades de morondanga, y de hoy

Es curioso que quienes dan golpes de estado acusen de dictadores a los que ganan elecciones.

Curiosos demócratas quienes sólo llaman democracias a las que gobiernan sus amigos. Curiosos defensores de la vida quienes llaman asesino a quien no ha matado a nadie mientras asesinan a miles y miles a lo largo y ancho del planeta.

Y curiosos defensores de nuestras libertades económicas quienes protegen a sus propios vecinos y vuelcan miles de millones a sus mercados financieros, y luego nos acusan de estatistas y populistas por subvencionar la felicidad de nuestros niños.


Decía Jauretche que "Descubrir las zonceras que llevamos adentro es un acto de liberación: es como sacar un entripado valiéndose de un antiácido, pues hay cierta analogía entre la indigestión alimenticia y la intelectual. Es algo así como confesarse o someterse al psicoanálisis -que son modos de vomitar entripados-, y siendo uno el propio confesor o psicoanalista". Y sabía lo que decía, sin dudas.

Lo de Ecuador era muy previsible. Está claro que no les gusta nada los caminos que toman los países latinoamericanos, porque necesitan capacidad de decisión para hacer aquellos negocios que les permita llevarse nuestro dinero.
Por eso intentaron cargarse la democracia en Venezuela, para imponer gobiernos que sigan sus recetas, pero afortunadamente los políticos de la región encabezados curiosamente por Fox estuvieron a la altura salvo excepciones (Uribe). Y luego en Bolivia, y afortunadamente, y por méritos propios, también les salió mal.
Hace 40 años ya habrían dado varios golpes de estado matando a unos cuantos miles, y casi ningún gobierno de nuestros países se habría salvado. Hoy en día es más difícil. A fines del siglo pasado les funcionaba enviar las tropas de élite modernas, los mercados, pero ahora ni eso: la gente sigue votando lo que no les sirve.
Lo intentaron en Honduras y les salió bien. Y como sigue la cosa caminos que a ellos no los beneficia, lo intentaron otra vez en Ecuador, y afortunadamente quienes gobiernan Ecuador, y la política de la región, estuvieron nuevamente a la altura.

Lo volverán a intentar, ojalá me equivoque, y habrá que estar atento, a ver cómo se comporta el medio pelo en nuestra amada Argentina si amenazan a la atroz dictadura totalitaria de los malignos hombres K, porque hay muchos mediocres que suelen actuar más con las vísceras que con el corazón. Y es muy revelador que a quienes les delegan el trabajo de analizar se quedan sólo en los detalles superficiales.
Lo curioso es que en todos lados los discursos son parecidos, y las mentiras también.


Decía Galeano que "En la era de la privatizaciones y el mercado libre, el dinero se propone gobernar sin intermediarios. ¿Cuál es la función que se atribuye al Estado? El Estado debe ocuparse de la disciplina de la mano de obra barata, condenada a salarios enanos, y a la represión de las peligrosas legiones de brazos que no encuentran trabajo: un Estado juez y gendarme, y poco más. De los otros servicios públicos, ya se encargará el mercado, y de la pobreza, gente pobre, regiones pobres, ya se ocupará Dios, si la policía no alcanza. La administración pública sólo puede disfrazarse de madre piadosa muy de vez en cuando, atareada como está en consagrar sus menguadas energías a las funciones de vigilancia y castigo. En el proyecto neoliberal, los derechos públicos se reducen a favores del poder, y el poder se ocupa de la salud pública y de la educación pública como si fueran formas de la caridad pública.".

Y evitaba con maestría el uso de gentilicios. Para qué, si pintando tu aldea se sabe que pintarás el mundo.


Ilustra este artículo, la famosa pintura América invertida, de Joaquín Torres García, un artista plástico y teórico del arte uruguayo, fundador del universalismo constructivo, quien dijo "He dicho Escuela del Sur; porque en realidad nuestro norte es el sur. No debe de haber norte para nosotros, sino por oposición a nuestro sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés y entonces ya tenemos la justa idea de nuestra posición.".



Cancion de Teresa Parodi, con música de Antonio Tarragó Ros, y con frases de políticos argentinos. Producido por la Hipercueva, en Madrid, Septiembre 2010. Hipercueva es una iniciativa de Lucrecia Cánepa y Mariano Olivera, dos artesanos de la imagen entrerrianos, nacidos cerca de los ríos de los chanchos, el grande y el pequeño.


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