sábado, 12 de mayo de 2012

Ubicados en el espacio cerebral

Pensaba en el espectro político, tal y como se entiende habitualmente. Nos pasamos el día hablando de izquierda y de derecha, como algo lineal, como si fuera un vector, y esto me parece que nos termina confundiendo, esta idea tan impuesta hace que nos perdamos en un vacío devenido en laberinto sin salida.
Cierto que también usamos como elementos del vector ideológico otras cuestiones tales como la nación, el nivel de igualdad económica, algunos incluso la religión o la moral, las libertades civiles, y muchos otros, más de lo deseable, el grado de libertad económica.

Se ha intentado analizarlo con mayor precisión mediante los gráficos de Nolan o Pournelle, que son desde mi punto de vista más de lo mismo, porque siguen esquematizando con la lógica del vector, y a mí se me antoja más acorde mirarla como coordenadas cartesianas, pero de 3 ejes, es decir espaciales.
Desde este personal punto de vista, en esta lógica con la que ubicarse en el espectro ideológico, definiríamos al eje de las X representando la libertad individual de las personas, pero no en su aspecto formal, sino la libertad real, la que se tiene efectivamente y no, como en el capitalismo mágico sucede, la que uno pueda pagar. El eje de las Y representa la igualdad social, es decir, la igualdad de posibilidades personales, de acceso a la satisfacción de las necesidades personales (sanitarias, educativas, culturales, etc.). Y el eje de las Z representa la participación del estado, en tanto expresión de la comunidad y no de sectores dominantes, en la economía.

En este cubo, desde mi subjetividad, el 100 de cada coordenada representa la izquierda y el 0 la derecha: me refiero a que la máxima libertad individual, la máxima igualdad social, y la máxima participación del estado en la economía representarían la izquierda real, que en mi subjetiva concepción sería lo deseable. Entonces estaríamos posicionados en nuestra ubicación espacial en este cubo con relación a este absoluto ideológico.
Los ejes se cruzan en el medio de cada coordenada, en el 50% de la escala de cada eje.

Desde este esquema ideológico personal que necesariamente me aleja en el aspecto ideológico de prácticamente cualquier gobierno, hay unos ejes más importantes que otros, pero todos están condicionados por los demás. Según mi lógica personal, la igualdad social y la libertad individual están por encima del papel del estado en la economía, pero sin éste garantizándolas sería imposible concretarlas en la realidad dado que la primera ley del capitalismo mágico, que se cumple inexorablemente, dice que la libertad individual de las personas es inversamente proporcional a la libertad de los capitales.

Entonces mi ideal ideológico está definido como I(100,100,100), ubicado esto en un vértice específico de este cubo, y desde esa lógica analizo cada momento político y cada gobierno, y a cada uno de los actores que intervenimos en la realidad.
A esta idea podemos ponerle como marco cuestiones temporales, dinámicas propias de cada momento histórico, la necesaria comprensión de la correlación de fuerzas entendiéndolas como explicación de cuestiones tácticas, basados en aquella idea básica de la política que nos recuerda que muchas veces hay que dar un paso atrás para luego dar dos hacia adelante.

Un dato que descarté pese a no ser irrelevante es el tipo de gobierno, dado que asumo que en I(100,100,100) no pueden las decisiones no ser tomadas más que por una democracia directa y participativa de grado máximo. Es verdad que está girando alrededor de mi esquema cómo se decide hacia dónde, pero entiendo que es un dato implícito, en tanto en cualquier otro esquema que no sea una democracia popular, directa y participativa, sería imposible por obvias razones llegar al ideal planteado.




Tú que permaneces inasible en la realidad y en el sueño. Tú que me perteneces por mi voluntad de poseerte en ilusión pero que no acercas tu rostro sino cuando mis ojos se cierran tanto al sueño como a la realidad. Tú que en despecho de una retórica fácil donde la ola muere en la playa, donde la corneja vuela entre las fábricas en ruinas, donde la madera se pudre crujiendo bajo un sol de plomo. Tú que estás en la base de mis sueños y que sacudes mi alma llena de metamorfosis y que me dejas tu guante cuando beso tu mano.
En la noche están las estrellas y el movimiento tenebroso del mar, de los ríos, de los bosques, de las ciudades, de las hierbas, de los pulmones de millones y millones de seres. En la noche están las maravillas del mundo. En la noche no están los ángeles guardianes, pero está el sueño.
En la noche estás tú. En el día también.

(Robert Desnos)

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